Ha pasado más de una década desde que el Congreso mexicano aprobó una nueva ley que impone límites estrictos a fumar en lugares públicos.
México tiene una de las leyes de control del tabaco más estrictas del mundo después de aprobar un proyecto de ley que prohíbe totalmente fumar en espacios públicos. Hoy en día, hay aproximadamente 12 millones de fumadores en México, y alrededor de 47,320 personas mueren cada año debido a enfermedades relacionadas con el tabaquismo.
Mediante un decreto del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador en 2022, bajo la Ley General para el Control del Tabaco (artículo 16), México implementó leyes para restringir el vapeo, prohibiendo la fabricación, importación, distribución, promoción y comercialización de cigarrillos electrónicos y similares. dispositivos.
Aunque el uso de cigarrillos electrónicos está prohibido, la ley que prohíbe su venta parece ser ampliamente ignorada: cifras oficiales de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) estiman que al menos cinco millones de mexicanos entre 12 y 65 años han usado un cigarrillo electrónico.
¿Las políticas restrictivas sobre vapeo están alimentando un lucrativo mercado negro?
Las fuerzas económicas están impulsando el mercado negro de productos de vapeo ilícitos tanto del lado de la oferta como de la demanda. A pesar de la prohibición de comercialización de sistemas electrónicos de administración de nicotina (ENDS), todavía existen lugares en México donde se pueden encontrar.
Los vaporizadores vendidos ilegalmente están disponibles en zonas vibrantes de la Ciudad de México, con precios que oscilan entre 400 y 1200 pesos (entre 20 y 60 dólares), dependiendo de la marca y el e-líquido.
Las restricciones y prohibiciones de los cigarrillos electrónicos ignoran el hecho de que son alternativas menos dañinas para los fumadores adultos que dejar de fumar cigarrillos tradicionales. La forma de reducir el mercado negro es hacer que los cigarrillos electrónicos con calidad controlada estén más disponibles, pero restringidos a los adultos.
Las políticas estrictas seguirán empujando a los vapeadores al mercado negro y harán que los fumadores adultos vuelvan a los cigarrillos tradicionales. En cualquier caso, la prohibición perjudica en última instancia a aquellos consumidores que desean vivir dentro de los límites de la ley.